Kang-Ho Seok

A finales de los años noventa, la administración Clinton instó al industrial Tony Stark a vender tecnología de energía fotovoltaica a Corea del Norte, a fin de intentar desviar sus avances en energía nuclear; la operación se realizó a través de Kang-Ho Seok {IM3 66; FB}.

Años después, Seok se convirtió en embajador norcoreano en Nueva York. Cuando una bomba detonó en la embajada china {IM3 65}, un topo en la embajada contrató francotiradores (a los que equipó con furgonetas a nombre de Seok) para matar a Stark, lo que hizo levantar sospechas acerca de que les habría vendido realmente el industrial norteamericano, para que necesitase ser silenciado. Una orden de registro llevó a registrar sus archivos por esta causa {IM3 66}.

Sin embargo, y por su propia cuenta, Seok consiguió que sus agentes capturasen a Jong, el topo de su empresa que le había incriminado, y ordenó torturarle para obtener información. Sin embargo, éste sería rescatado por Iron Man (igualmente incriminado, como ya sabemos), aunque esto llevaría finalmente a que los cargos fuesen retirados para ambos, Stark y Seok {IM3 67}.