Padre Perone

El Padre Perone era un cura que vivía en Potega, una pequeña población rural de Centro América. Durante la guerra civil que estalló en el país, Perone se convirtió en un punto estratégico codiciado por los dos bandos en lucha, por este motivo intentaron tomarlo por la fuerza. La intervención del Exterminador de Demonios evitó que varios habitantes fueran fusilados y expulsó a los agresores {M/CP 46/2}. Durante el conflicto murieron varios soldados atacantes y el Padre Perone los asistió espiritualmente. Esta actitud sorprendió a Payne, pero para el cura todas las almas tenían derecho a la redención. Esa misma noche, para celebrar que el pueblo siguiera intacto, el alcalde Judan Miranda organizó un festejo, pero se produjo un conflicto con él que reveló la verdadera identidad de Payne como el Exterminador de Demonios ante todo el pueblo, quienes creían que era un simple mercenario {M/CP 47/2}.

El Padre Perone se acercó a la cabaña de Payne para ver como se encontraba, ya que estaba seguro de su bondad aunque la gente creyera que estaba endemoniado. Al entrar se dio cuenta que Payne estaba reuniendo un enorme arsenal de armas y que pretendía adiestrar a los granjeros para que ellos mismos pudieran defender sus tierras. El Padre Perone mostró su desacuerdo, ya que consideraba que unos campesinos no debían convertirse en asesinos. Mientras discutían se produjo una fuerte explosión cuando los Generales Ramirez y McCloskey dispararon varios misiles contra la cabaña. Perone resultó gravemente herido y el alcalde Miranda corrió a su lado para ver su estado. Con el último aliento se dio cuenta que él tenía parte de culpa del ataque y le pidió que confesara sus mentiras al resto del pueblo. El cura murió en los brazos del alcalde, pero éste en lugar de seguir su consejo acusó a Payne de ser el responsable de su muerte {M/CP 48/2}.