Termita II

El hombre que se convertiría en Termita era un escultor que, una mañana, se despertó con el don de disolver cualquier sustancia con solo tocarla. Buscando usar esta recién descubierta habilidad para crear la estatua más inmensa jamás creada a partir de una montaña, se embarcaría en la búsqueda de fondos para adquirir la citada montaña, aceptando trabajos como saboteador industrial bajo el nombre de Termita. Uno de estos encargos, contratado por el industrial Obadiah Stane, sería la destrucción de la planta de Fetison Electronics {IM 190}.

Termita se introduciría en la planta de Fetison y cortocircuitaría algunos equipos eléctricos, provocando un fuego que se extendería rápidamente por el edificio. En los días subsiguientes, Osgood Fetison, el dueño de la compañía, confesaría a Clytemnestra Erwin de Circuitos Máximos que su empresa no podría seguir funcionando en dichas condiciones. Entonces Erwin, una amiga de James Rhodes (que por aquel entonces había adoptado el rol de Iron Man), se las arreglaría para que el cabeza de lata vigilara la fábrica con la intención de evitar futuros sabotajes {IM 189}.

Esa misma noche, mientras Iron Man veía la televisión dentro de la fábrica, Termita realizaría una nueva visita para terminar lo que había empezado. A Termita no le pagaban por luchar contra superhéroes y por lo tanto decidió que lo mejor sería huir. Iron Man pensó erróneamente que los poderes de Termita eran tecnológicos en origen, utilizando los imanes de su armadura para despojar al mutante de sus guantes. Creyendo que la amenaza había sido neutralizada, encerró a Termita en una habitación y fue a buscar a la policía. Mientras tanto, Termita construiría un túnel y escaparía, comunicando a aquel que lo había contratado, Stane, los problemas con los que se había encontrado. Stane le advertiría que debía finalizar el trabajo del modo que fuera {IM 189}.

Esa misma semana, después de que Iron Man no hubiera conseguido encontrar ni rastro de Termita, Tony Stark le sugeriría que buscara bajo la fábrica. A pesar de que no creía que tuviera razón, fue a investigar de todos modos, y pronto hallaría una entrada que lo conduciría a una red de túneles que llevaban la firma del villano. Estos lo conducirían rápidamente hacía el propio Termita que, evitando su ataque, escaparía una vez más. La intervención de Iron Man provocaría que los ya debilitados cimientos de la fábrica de Fetison terminaran de partirse. Por lo tanto, se vio obligado a abandonar la persecución de Termita para salvar a Osgood Fetison y apuntalar el edificio a punto de derrumbarse con un vehículo cercano. Una vez hecho, se elevaría con la camioneta en la que viajaba Termita para evitar que este huyera. Sin embargo, Volvió a eludir su captura disolviendo el suelo de la camioneta, saltando de ella mientras utilizaba sus poderes para disolver el suelo bajo su cuerpo y amortiguar así la caída. Mientras Iron Man buscaba su cuerpo en las cercanías del lugar donde había caído, un gran estruendo le comunico que su arreglo improvisado no había podido evitar que Fetison Electronics fuera destruida {IM 189}.

Termita continuaría su viaje bajo tierra para evitar ser detectado, deteniéndose únicamente para crear una estatua de apariencia humana en una gran caverna subterránea y recordar sus orígenes. A continuación seguiría su camino, sin apercibirse de que este había dañado las estalactitas del techo de la caverna, desplomándose después cuando Iron Man lo persiguió hasta la caverna. Tras investigar, este acabaría por hallar el túnel de salida de Termita y le seguiría el rastro. Al haber emergido a la superficie en una carretera, causaría sin habérselo propuesto un accidente, siendo finalmente capaz de despistar a Iron Man cuando el héroe blindado se detuvo a salvar a un taxista atrapado en uno de los vehículos además de lanzar por los aires un trailer que contenía oxigeno líquido {IM 190}.

Esa misma noche, Termita interrumpiría una exposición de arte al aire libre en las faldas de Sierra Nevada, creando un duplicado de la estatua de la caverna a partir de una roca que se hallaba en el lugar. La historia fue hecha pública en un noticiero que Iron Man estaba viendo, dirigiéndose inmediatamente a la exposición con la esperanza de encontrar a Termita allí. El propio ego de Termita lo había hecho permanecer junto a su estatua, esperando ansiosamente la opinión de los presentes. Cuando uno de los asistentes critico despectivamente su obra, un Termita enfurecido se dirigió hacia él. Sin embargo, antes de que la situación pasara a mayores, Iron Man haría aparición y golpearía brutalmente a Termita para doblegarlo. En un desesperado intento por escapar, disolvería la capa exterior de los guantes de Iron Man, momento en el cual aparecería Tony Stark en compañía de la Bruja Escarlata. Wanda había traído consigo uno de los dispositivos Neutralizadores, basados en la tecnología del Caballero del Espacio Rom, de Forja. Stark dispararía contra Termita dicha arma provocando que, desprovisto ya de poderes, este se desmayara de dolor. Iron Man, sintiendo que Stark se había inmiscuido en su lucha, destrozo el aparato con sus propias manos. Tras ello, Termita sería enviado a prisión {IM 190}.

Obadiah Stane, al caer en la cuenta de que Termita podía incriminarle, decidió que debía ser eliminado. Su socia, Madame Máscara, lo ayudaría contratando los servicios del Forzador para que, por cincuenta de los grandes, asesinara a su antiguo empleado. Este aceptó el trato y, mientras se hallaba de camino a cumplir el encargo, se convirtió en el primer supervillano en ser asesinado por el Azote (disfrazado de mujer) {IM 194}.

Bastante después, en la sala de recreo de una prisión, Termita contemplaría como Tony Stark (confesada públicamente su identidad de Iron Man) anunciaba que pretendía acceder al puesto de Secretario de Defensa de los Estados Unidos. Aparentemente todavía atormentado por su anterior derrota y el fin de sus sueños artísticos, intentaría convencer a los otros presos de que cambiaran de canal {IM3 75}.