Punisher vol 8

El Encapuchado tiene a varios de sus jefes de campo colgados boca a bajo en un almacén desierto. Debajo de ellos hay un foso con una manada hambrienta de lobos. Está decepcionado porque no han podido evitar que el Castigador haya destruido a tres de sus negocios y matado a doce de sus agentes, lo que le ha costado mucho dinero. Como le es fácil encontrar substitutos les rompe las cuerdas a todos y los lanza a los lobos.

En una semana han logrado golpear en numerosos negocios sucios en la ciudad. Saben que Osborn ha asumido el control de parte del hampa, por eso da la impresión que haya disminuido, cuando en realidad han disminuido las detenciones. Henry ha estado ocupado buscando nuevos objetivos. En Bushwick han una zona equipada con burdel, armería, drogas, un verdadero hiper del hampa, pero Frank le dice que es un objetivo demasiado obvio y que no van a ir tras él. También a descubierto que Yagyu Kijiro, un miembro de la Mano que perdió los ojos en un enfrentamiento contra Lobezno, le han realizad un implante en Chinatown. Ha descubierto una tienda de repuestos humanos.

El Encapuchado tiene un nuevo grupo de hombres preparado para hacerse cargo del Castigador, cree que irá a por el casino y le podrán tender una trampa. Pero su nuevo asociado le advierte que Frank no se vuelve descuidado y no picará el anzuelo. Eso es un fallo que Kingpin no hubiera cometido. El Encapuchado apunta con su arma hacia el hombre, pero este lo tranquiliza informándole que si Frank ha sobrevivido fuera todo este tiempo es porque sigue su propio código y ese es su talón de Aquiles.

El Castigador desciende por una de las chimeneas de cremación que lleva directamente hasta el laboratorio. Se supone que hay siete rehenes vivos dentro. En el interior, uno de los científicos se queja de que han tenido que tirar la mayor parte de los órganos porque estaban deteriorados por la decadente vida americana. Cuando el otro abre la puerta de la chimenea entra el Castigador. Todos los rehenes ya están muertos y colocados en tanques especiales. Los científicos se defienden usando artes marciales. Henry informa entonces a Frank que debe marcharse de allí porque hay un equipo de SWAT acercándose. Ya solo queda uno de los tres científicos de pie y Frank le llena la boca de explosivos. El grupo de SWAD está demasiado cerca y derriva la puerta. Justo en ese momento estalla el explosivo y Frank sale corriendo con los policías pisándole los talones. Henry ve el tatuaje de un francotirador que dispara desde un helicóptero. Mientras intenta usar esta pista para descubrir que grupo de SWAT se trata, intenta guiar a Frank por las alcantarillas. Durante la escapada recibe un disparo en una pierna, pero solo lo retrasa el tiempo que necesita para colocarse un vendaje rápido. En las alcantarillas es rodeado por los perseguidores y Henry le advierte que no son agentes de SWAT.