Uncanny Inhumans

Máximus ha conducido a sus acompañantes hasta un remoto acantilado de la costa de Vietnam. Al pedirles saltar al agua, el Innombrable y Linaje se niegan, así que los empuja. Máximus se arroja por sí mismo y Tritón, sin más alternativa que seguirlos, se lanza tras ellos. Máximus espera encontrar el primero de los ingredientes para recrear los cristales terrígenos. Para ello se adentran en unas fauces gigantescas que conducen al interior de una caverna. Allí son atacados por un grupo de hombres pez, pero el grupo los derrota. Después de adentrarse más profundamente alcanzan la sala del trono de la Reina Fauces. Máximus quiere huevos profundos y para ello le ha traído a un rey: el Innombrable. El anciano inhumano se niega a la unión, así que Máximus se ve obligado a manipularlo mentalmente. Linaje se escandaliza de lo ocurrido y se pregunta que ocurrirá cuando el Innombrable recupere el control de sí mismo, pero a Máximus no parece preocuparle. Al preguntarle porque lo ha escogido a él, Máximus le responde simplemente que le cae bien, es una versión menos sofisticada y más tonta de sí mismo, además no se va a apartar de él ya que sabe que es un sucio traidor.

El grupo sigue reuniendo ingredientes a lo largo y ancho del planeta para crear los cristales terrígenos, si bien Máximus confiesa que no todo lo que han recogido tiene relación con lo que necesitan. La última parada la hacen en una tienda de especias de Bombay. Máximus entra sólo y se encuentra con Banyan quien ha estado trabajando para él y conoce a quien puede construir el aparado que Máximus desea. La guerra entre los mutantes y los inhumanos ha seguido su curso y las cosas incluso han empeorado.

El monstruo gigantesco cuyo cuerpo que constituía las cavernas de la Reina Fauces emerge de la bahía y empieza a andar tierra adentro.