Kai Shaah

Kai Shaah era un noble venido en desgracia que terminó liderando la facción de forajidos hyrkanianos afincados en la maldita fortaleza de Bab-El-Shaitan. Su grupo mantenía rivalidad con la tropa de Kadra Mahmed, el líder de los desertores y asesinos. La fortaleza estaba regida por Skol Abdhur un kithaino poseedor de la poderosa Sangre de Bel-Hissar, el miedo al derramamiento de sangre que se produciría si cualquiera de las dos facciones robaba la piedra hacía que se mantuviera un precario orden {CTB 27-FB-BTS}.

Un buen día llegaron a la fortaleza Conan, Suwaaz y Turgohl. Cuando la mujer logró robar la joya asesinando a Skol Abdhur, Kadra Mahmed acusó a Kai Shaah de haber sido el asesino, pero Suwaaz les dijo que era Conan el ladrón. Los dos grupos atacaron al bárbaro que solo logró escapar gracias a la ayuda de Turgohl. Al ver que había huido luchando desesperadamente por su vida, los dos grupos llegaron a la conclusión que Suwaaz tenía la Sangre de Bel-Hissar y la mataron. Al no encontrar la joya entre sus posesiones las dos facciones se enfrentaron a muerte {CTB 27}.

Kai Shaah logró sobrevivir a la encarnizada masacre de Bab-El-Shaitan. Sin olvidar que Conan causó la caída de la fortaleza, Kai Shaah no cesó de buscarlo. Por eso cuando un día unos forajidos del desierto le dieron pistas sobre su paradero, el noble no dudó en pagarles para que lo ayudaran a encontrarlo y matarlo {CTB 35-FB-BTS}.

Conan y su acompañante Bourtai se habían adentrado en el desierto y encontraron refugio en las ruinas de Kara-Shehr, una legendaria ciudad en la que se encontraba una enorme joya maldita. Guiado por los forajidos, Kai Shaah los encontró en el templo donde estaba el Ojo Azur de Kara-Shehr. Tras apresar a Conan y Bourtai, la codicia de Shaah hizo que agarrara la gema, despertando al demonio que la custodiaba. La furia del guardián místico fue tal que Shaah murió en breves instantes y quedó de él nada más que su esqueleto privo de toda sangre y carne {CTB 35}.