Disir

Las Disir fueron un grupo de valquirias al servicio de Bor. Un día el monarca asgardiano las sorprendió devorando la carne de los muertos. Enfurecido las maldijo a que solo pudieran alimentarse de las almas de los dioses asgardianos muertos pero ni en Hel ni Asgard ni que hubieran muerto por sus manos {SIEGE:LOKI 1-FB-BTS}.

Con el paso del tiempo las Disir se convirtieron en un mito, pero su nombre seguía sin pronunciarse por el miedo que todavía despertaban. Loki, sospechando que existían realmente, forjó a Eir-Gram una espada mística en la Forja Infernal de Mefisto {T 613-FB} usando para ello un fragmento del alma de Kelda {T 614-FB}. Así armado invocó a las Disir entregándoles las almas de varios dioses que habían muerto en Latveria. Las Disir se enfrentaron a Loki por su osadía, pero fueron derrotadas por la Eir-Gram y le juraron obediencia. Loki usó las Disir para realizar un pacto con Mefisto y Hela, a Mefisto le entregó las Disir durante ciento un años a cambio de que entregara una porción de su infierno para que Hela pudiera crear un nuevo Hel {SIEGE:LOKI 1-FB-BTS}.

Las Disir decidieron que el Hel que había sido creando en el Infierno de Mefisto no podía ser considerado el verdadero Hel, por este motivo se consideraron a salvo de la maldición de Bor y pidieron permiso a Mefisto para atacarlo. Las Disir se cobraron varias almas que engulleron con gula después de tantos años pasando hambre. Hela intentó hacerles frente con Eir-Gram, ya que la espada estaba en su poder, pero las Disir le cortaron el brazo y le arrebataron el arma. Hela erigió un castillo para proteger las almas de los muertos y pidió ayuda a Balder y los Asgardianos que habían sobrevivido al Asedio de Norman Osborn. Thor y Tyr acudieron en respuesta a su petición y viajaron hasta el Infierno de Mefisto. Para prevenir que la espada pudiera ser usada en su contra, Kara se la ofreció como regalo a Mefisto, pero el diablo no se dejó engañar y lo rechazó. Kara entonces solicitó permiso para dejar la espada en su reino y allí no se opuso, así que la Disir lanzó conjuros sobre la espada y la incrustó en la tierra. Con la ayuda del mismo Mefisto y de la diosa madre Gea, Thor consiguió apoderarse de Eir-Gram y atrajo a varias Disir a las que mutiló. Entre ellas estaba Göndul, quien temía morir, engañada por Thor reconoció que habían atacado Hel a cambio de que él no la matara. Pero la maldición de Bor se puso en marcha y exterminó a las Disir. Sin embargo, el hecho de que murieran en el Infierno de Mefisto dejó sus almas atrapadas en el anillo que simbolizaba su control y que estaba en posesión del diablo {T 611~ 614}.