Serpiente

Curl Borson era uno de los dioses que vivían en Asgard, hermano de Odín y por tanto hijo presumiblemente de Bor y Bestia. Ya desde pequeño demostró tener un carácter altivo. Se sabe que en una ocasión en la que iba cabalgando fue sorprendido por unos gigantes que lo lanzaron por un risco rompiéndole las piernas. Serpiente demostrando su obstinación se negó a morir y se arrastró hasta el lugar en el que los gigantes estaban pasando la noche para degollarlos uno a uno, todos excepto a uno que perdonó la vida para que fuera testigo de la supremacía de los dioses.

Tras regresar a Asgard fue curado por una chica de ojos verdes, pero aunque Curl tenía sentimientos hacia ella, tras su curación la chica desapareció dejando al joven amargado. A la muerte de su padre, Curl fue proclamado rey al ser el mayor de los hijos, pero en lugar de mantener como consejeros a sus hermanos adoptó a los Dignos y con ellos y los Draumar llevó el miedo a los nueve reinos. Curl conquistó Aesheilm extendiendo el miedo hasta que sus hermanos le hicieron frente. Yggdrasill reveló a Odín que su hijo moriría enfrentándose a Curl, pero pese a ello debido a las reglas arcanas que gobernaban a los dioses fue incapaz de matar a su hermano. Odín lo encerró bajo el océano y rebautizó a Aesheilm como Midgard con la esperanza que la existencia de Curl fuera olvidada.

Siglos, si no milenos más tarde, el régimen nacional-socialista alemán se interesó en crear armas de guerra que les permitieran lleva a cabo sus planes de dominación global. Una de estar organizaciones encargadas de investigar nuevos sistemas de armas fue la Sociedad Thole, quienes se adentraron en lo oculto y místico. Fue así como descubrieron la existencia de poderes asgardianos en la Tierra. La Sociedad Thole sobrevivió a la caída del nazismo y escondió todos sus conocimientos secretos. Pecado llegó a conocer la existencia de lugar en el que se había ocultado al Sociedad Thole y atacó sus cuarteles haciéndose el arma que había pertenecido a Skadi. Gracias a ella fue poseída por el espíritu de Skadi y encontró y liberó a la Serpiente. Lo primero que hizo fue invocar de nuevo a los martillos místicos que cayeron a la tierra causando que los Dignos tomaran el control de varios seres superpoderosos. Así Angrir poseyó a la Cosa, Nul a Hulk, Mokk a la Gárgola Gris, Greithoth al Hombre Absorbente, Kuurth al Juggernaut, Skirn a Titania y Nerkkod a Attuma.

La liberación de su hermano de su largo entierro no pasó desapercibida a Odín. Sabiendo que la Serpiente se alimentaba del miedo de los humanos y con él crecía su poder creyó que Midgard era sacrificable y decidió sacar a toda su gente de Asgard, que en esos momento se encontraba en Oklahoma. Odín había planeado dejar que la Tierra cayera y mientras tanto preparar a su gente para la guerra, pero encontró la oposición de Thor, quien decidió hacer frente a la Serpiente aún sabiendo que había una profecía que pronosticaba su muerte si luchaba contra él.

Mientras tanto los Dignos, así como las tropas neonazis de Pecado se dedicaron a causar el miedo y la destrucción a lo largo y ancho de todo el mundo. Gracias al miedo de la gente el poder de la Serpiente crecía sin parar. Los Vengadores intentaron hacerle frente cuando apareció sobre Nueva York, pero el poder del dios era demasiado grande y fueron fácilmente derrotados. Sintiendo que el momento de luchar contra su hermano había llegado, la Serpiente se dirigió hasta el Árbol de la Vida, situado en las ruinas de Asgard en Broxton.

Los Vengadores se enfrentaron a los Dignos equipados con armas asgardianas bendecidas por Odín que Iron Man construyó en las Fraguas de Svartalfheilm. Durante la batalla final la Serpiente se transformó literalmente en una sierpe gigantesca y Thor le hizo frente armado con Ragnarok, una espada forjada por Odín para este fin. Tal como estaba profetizado, Thor acabó con su vida, pero tras la lucha el Dios del Trueno también cayó muerto pocos instantes después.