Runaways vol 1

Geoffrey entra en la habitación de su hijo. En lugar de él, hay una cabeza de maniquí en la almohada. Se dirige a su mujer, deciéndole que le han informado sobre la denuncia de Alex en la policía. Su mujer se vuelve ansiosa y dice que tienen que llamar a los demás del Orgullo. Mr. Wilder protesta, deciéndole que en este caso le pueden matar.

Karolina, va probando sus habilidades nuevas felizmente, pero en poco tiempo los chicos le convencen a volverse a poner el brazalete con el fin de que nadie los descubra. Gert y Nico se ponen en acuerdo que tienen que ir a buscar a Molly. Creen, que la chica podría estar más segura con ellos, que con sus padres. Chase insiste, que pasen por su casa antes, porque está a mitad del camino. Gertrude tiene un sentimiento de presencia de otro ente, lo que asusta al resto del grupo.

Los amigos vienen a la residencia de los Stein. Chase señala el camino hacia una cabaña de madera, donde, según él, podrían encontrar algo sospechoso. En efecto, es una habitación llena de inventos científicos y mecanismos sofisticados. El espacio parece más grande por dentro que por fuera. Gertrude no entiende, como unos padres tan ingeniosos pueden tener a un hijo tan superficial. Chase acaba de encontrar unas gafas, diseñadas para ver a las personas como si estuviesen sin ropa. De pronto, en las puertas aparecen los adultos: los padres de Chase y de Nico. Primero, Mr. y Mrs. Stein acercan a su hijo y, sorprendidos que aquel ha conseguido a poner los guanteletes, le atacan, apretando el botón del reloj. Alex rompe el brazalete de Karolina. Viéndolo, Robert Minoru se enoja por el hecho de que todos ya saben de los poderes de la chica de los Dean. El matrimonio Minoru lee un conjuro que evoca una ola de agua y eleva a Karolina casi hasta el techo. Mrs. Stein inmoviliza a Alex, pegándole a la pared, con una especie de goma pegajosa, que suelta de su brazo. Durante estos momentos intensos, la única que no tenía intención ninguna de luchar era Gertrude. La pobre, asustada, estaba ocultándose en una esquina. En cuando los adultos la notan y se dirigen hacia ella, aparece Compasión y la cara de Gert se ilumina con una sonrisa. La lucha se vuelve aún más dura. Robert Minoru lee otro conjuro para matar al dinosaurio. Su hija corre hacia él para pararlo. Karolina, liberada del chorrón de agua, le ataca con un rayo lumínico, lo que también usa para romper el pegamento de Alex. Parece que los jóvenes han tenido éxito: Gert calma a su mascota, para que no acabe matando a las personas. Alex levanta al Chase, pidiendo la ayuda de Nico. A la última le cuesta superar la emoción. Los chavales tienen que moverse de sitio y Karolina se pone al volante.

En la furgoneta, conducida por Karolina, finalmente se despierta Chase y se asusta, viendo al dinosaurio. Alex insiste, que tienen que dejar las tonterías y ir a contar sobre lo sucedido a policía o a la prensa. Gertrude recibe una llamada rara de su móvil, que creía que estaba apagado, y escucha la voz de su mamá.

Los cuatro adultos están frente a la cama, donde duerme la pequeña Molly. Stacey Yorkes llama a su hija, deciéndole que paren de jugar y amenazándole que hagan daño a su amiga.