James Callaghan

James Callaghan fue elegido Primer Ministro del Reino Unido el 5 de abril de 1976. Durante su mandato los servicios de inteligencia le advirtieron del peligro que suponía el Cráneo Rojo en territorio británico, ya que se sabía que estaba organizando un grupo neonazi llamado el Cuarto Reich. Para combatir su amenaza se requería la asistencia de un experto y el presidente Jimmy Carter envió a Nick Furia para ayudar a los británicos. Callaghan comunicó en persona a Nick Furia, como director de SHIELD grupo de contrainteligencia de las Naciones Unidas, y a Tod Radcliffe, como representante de STRIKE grupo de inteligencia británico, la urgencia de combatir el resurgimiento de los movimientos neonazis en Inglaterra {CB 17}. Tras descubrirse que Radcliffe era un agente del Cuarto Reich, apremió a Furia y a Lance Hunter, el director de STRIKE, para que obtuvieran resultados lo antes posible {CB 20}.

Pero el Cráneo Rojo se anticipó en el ataque y secuestró a Callaghan teleportándolo directamente desde su despacho hasta su base. Con él como prisionero concedió doce horas al Parlamento Británico para rendirse {CB 21}. Aunque el Capitán América y el Capitán Britania descubrieron la base secreta del Cuarto Reich fueron capturados y encerrados junto al Primer Ministro. A solo media hora de expirar el ultimátum, el Cráneo Rojo ató a sus tres prisioneros y se dispuso a fusilarlos {CB 22}. Pero Hunter logró que el Parlamento aprobara la rendición de Londres, con el objetivo de ganar tiempo para encontrar al Cráneo Rojo, quien había emplazado una bomba biológica que podía devastar la ciudad. A solo treinta segundos del fusilamiento el Cráneo recibió la capitulación de la ciudad y detuvo la ejecución {CB 23}. Pese a que el Capitán Britania consiguió escapar de su encierro y la ciudad fue evacuada, el Cráneo Rojo estaba tranquilo con su plan de ataque. Pero las fuerzas de STRIKE estaban a punto de llegar a su base y decidió matar a sus prisioneros. Dejando un dispositivo explosivo activado delante de la celda en la que tenía encerrados a los dos prisioneros se marchó para atender los planes de defensa de sus tropas. Afortunadamente el Capitán Britania llegó justo en el momento de la explosión y saltó sobre la bomba {CB 24}. Usando el campo de fuerza protector de su vara evitó que la onda expansiva hiriera a nadie y rompió los barrotes de la celda liberando al Capitán América y el Primer Ministro. Como el camino de salida estaba despejado, Callaghan insistió en que no se preocuparan por su seguridad y se marchó mientras los héroes se marchaban para detener al Cráneo Rojo {CB 25}. Acabada la crisis, Callaghan habló favorablemente sobre el Capitán Britania al inspector Thomas Dai y revocó los cargos que le imputaban de robo de un coche de policía {CB 27}.