Nanna

Según la mitología nórdica, Nanna era hija de Freya y de Iwaldi, era la diosa de la belleza y la fertilidad y junto a sus hermanas formaban la comitiva que servía a Frigga, reina de los dioses. Los hechos que si están contrastados, es que el destino quiso que su camino se cruzara accidentalmente en un mercado con Balder. Este primer encuentro fue todo un flechazo, Nanna se enamoró perdidamente del Dios dorado y ambos comenzaron una relación que hacía presagiar que pronto terminaría en matrimonio. Sin embargo, esto contrarió a Karnilla, reina de los Norns y monarca de Nornheim, la cual aspiraba a convertir a Balder en su consorte y veía en Nanna a una rival. Usando su hechicería, Karnilla trajo a Nanna y a Balder a Nornheim, los cuales, tras arduo camino, lograron llegar al castillo de la Reina de los Norns. Allí, Karnilla tomó a Nanna como prisionera y lanzó un ultimátum a Balder, liberaría a su amada si el Dios dorado aceptaba casarse con ella convirtiéndose en su consorte. Pese a las objeciones de Nanna, Balder aceptó el trato y Karnilla devolvió a Nanna de vuelta a Asgard mientras el Nornheim comenzaban los preparativos para la boda real. Pero Nanna no estaba dispuesta a renunciar a su amado y tras hacerse con un caballo recorrió el camino de vuelta al reino de los Norns llegando al palacio justo en el momento en que se celebraba la boda. Nanna detuvo la boda y, no pudiendo permitir que Balder se sacrificara por ella, y sabiendo que la única manera de liberarlo era con su muerte, empuñó un cuchillo y se lo auto clavó en el corazón. Balder corrió junto a ella pero ya era demasiado tarde, Nanna murió con palabras de amor hacia Balder, que liberado del juramento a Karnilla pudo regresar a Asgard. Balder llevó el cadáver a Asgard, se le hizo un funeral con todos los honores y durante unos días, veló su cadáver. Durante el duelo, Karnilla se presentó ante Balder y cuando este, furioso, le culpó por la muerte de su amada, la reina de los Norns convocó a Hela (en realidad una ilusión creada por ella) y se ofreció a cambiar su vida a cambio del retorno de Nanna, sin embargo Balder no estaba dispuesto a sacrificar la vida de nadie, ni siquiera por la vida de su amada, y perdonó a Karnilla y continuó con el duelo a Nanna. Finalmente se celebraron los funerales por el descanso eterno de Nanna, su cuerpo ardió en una pira funeraria encendida por el propio Thor, mientras su espíritu era acogido por las Valkirias.

Más tarde, cuando Balder acompañó a Thor, al Ejecutor y a los Einherjar en su viaje a Hel para recuperar las almas de unos humanos retenidas allí, Hela ordenó al espíritu de Nanna que se apareciera ante Balder y le empujara a la muerte arrojándole por un acantilado. Afortunadamente, Thor se dio cuenta del engaño y previno a su amigo que evitó que Nanna le empujara, cuando Balder intentó hablar con su amada, Nanna le gritó que le soltara, que nunca le había amado y se había suicidado para no estar mas con él. Descorazonado, Balder se marchó y cuando acabada la batalla los guerreros se retiraban de Hel, Nanna se dirigió a Thor y le explicó que allí en Hel, todos los muertos obedecían a Hela y que todavía amaba a Balder, pero que había preferido hacerle creer que la muerte le había corrompido ya que si el Dios dorado creyera que aún le amaba, hubiera preferido morir a retornar a Asgard y Nanna le amaba demasiado para permitirlo. Sabiendo que Thor sabía la verdad y que su amado regresaría sano y salvo a la superficie, Nanna pudo descansar en paz. Se ignora el destino de Nanna tras el Ragnarok que también afecto a Hel, y si volvió a la vida después del retorno de los asgardianos.