Naga

Naga nació en Lemuria. No está claro cómo consiguió convertirse en Emperador de Lemuria ni como se convirtió en adorador de Set. No obstante, el demonio reptilesco consideró a Naga como un valioso sirviente capaz de conquistar el mundo en su nombre. Set ordenó a Naga apoderarse de la Corona Serpiente, un objeto de gran poder místico, que se encontraba aún agarrada por los esqueletos de Atra y Phraug. Naga la encontró y desarrolló un fuerte lazo con ella. El Emperador pronto empezó a transformarse físicamente y su cabeza comenzó a parecerse a la de una serpiente y su piel empezó a endurecerse como la de un reptil. Naga se convirtió en un seguidor de Set y adoptó la imagen de la serpiente de siete cabezas como el símbolo de su imperio. Los planes de Naga no se limitaban al poder que le otorgaba la Corona, sino que también buscaba alcanzar la inmortalidad.

Sus alquimistas le hablaron de unos animales marinos que eran virtualmente inmortales. Naga ordenó que capturaran a una de estas criaturas, y tras lograrlo, sus alquimistas sumergieron la Corona en los fluidos corporales de esta criatura. Como consecuencia de esto, la Corona le dio a Naga la inmortalidad y la juventud eterna siempre que la portara o esta estuviera cerca de él. Utilizando el poder de la Corona Serpiente, Naga gobernó tiránicamente Lemuria durante siglos. Naga presidió uno de los más opresivos y sádicos despotismos de la historia de la Tierra, caracterizado por los continuos asesinatos, torturas y encarcelamientos de los súbditos a los que el Emperador consideraba sus enemigos o que desobedecían su ley. Durante este tiempo la Corona alteró mutagénicamente a los habitantes de Lemuria hasta darles unos rasgos y una piel reptilesca, aunque conservaron su color azulado característico del homo mermanus.

Aunque Naga aplastó con facilidad la mayor parte de las reveliones gracias al poder de la Corona Serpiente, un grupo de rebeldes telépatas dirigidos por Pistacos y sus hermanos Aurwel y Bekkit, y Jhandark el amor de Bekkit, consiguió eludirle. Sabiendo que no tenían posibilidades de superviviencia a pesar que sus poderes les permitían eludir a los esbirros de Naga planearon huir. Antes de que pudieran poner su plan en práctica Naga capturó y asesinó a Aurwel. Piscatos entonces robó la Corona Serpiente mientras Naga estaba dormido.

Piscatos y sus seguidores huyeron gracias a un suero especial que les permitía respirar el aire hasta la Antártida donde fundaron una pequeña ciudad oculta en una caverna. Finalmente terminaron sucumbiendo al poder de la Corona Serpiente y Pistacos terminó destruyéndose a sí mismo y la ciudad para evitar ser sometidos bajo su control.

Tras el robo de la Corona, Naga ordenó partir por los océanos a multitud de partidas de búsqueda que localizaran y recuperaran la Corona, eran los llamados Buscadores. Sin la Corona cerca, Naga ya no era inmortal, aunque todavía quedaban restos de la influencia de la Corona Serpiente para alargar la vida del dictador lemuriano. Durante décadas los Buscadores fracasaron en su misión.

En época más reciente, Llyra, una mutante medio lemuriana, se convirtió en la Gran Sacedotisa de Set. Obtuvo el apoyo del ahora avenjentado Naga tanto por sus favores sexuales como por su mutua adoración a Set. Llyra logró manipular en secreto a Naga intentando conseguir parte de su poder. Fue así como consiguió que Naga la casara con su heredero primogénito Merro, a quien Llyra había privado de su verdadero amor, Namora, asesinándola.

Finalmente, la Corona Serpiente fue robada por Karthon, el líder de los Buscadores, un lemuriano que servía a Naga, cuando el objeto se encontraba en Atlantis bajo el poder de Namor. Karthon capturó a Namor y llevó a ambos, la Corona y a Namor, hasta la sumergida Lemuria a la presencia de Naga. El Emperador lemuriano, aunque había envejecido y estaba parcialmente senil, era todavía un ser todavía altamente peligroso. El ponerse la Corona no restauró la juventud de Naga, pero le devolvió los increíbles poderes. Intentando quebrar el espíritu de Namor, Naga usó el poder de la Corona para crear ilusiones para hacer creer al atlante que la hermana de Karthon, Liyna, era Dorma, y entonces Naga la asesinó.

El loco de Naga, que ahora estaba aconsejado por su alta sacerdotisa, la lemuriana conocida como Llyra, en vez de matar a Namor directamente, decidió hacerle sufrir, y lo enfrentó a enormes monstruos. Después de que Namor derrotara a uno de sus monstruos, Naga le dio la oportunidad de elegir a que monstruo quería enfrentarse ahora, y Namor dijo que quería enfrentarse al monstruo de Naga. Naga se lanzó a pelear contra Namor, y usó la Corona Serpiente para atacarle, sin embargo, el deseo de vengar la muerte de Dorma era demasiado fuerte, y Namor se negaba a caer. Entonces Naga le mostró a Namor que la muerta no era Dorma, sino Liyna, y tras esto creó una enorme grieta en el fondo marino, por la que pretendía arrojar a Namor. Sin embargo, cuando Karthon vio que Naga había asesinado a su hermana se enfureció, y mientras Naga estaba apunto de matar a Namor, Karthon se acercó por la espalda a Naga y le asesinó con una espada. Namor sugirió entonces a Karthon que colocara la Corona Serpiente en la cabeza del muerto para que de esta forma sólo puedera ejercer su poder sobre una mente inerte. Los temblores provocados por la creación de la grieta, terminaron con un enorme terremoto submarino que tragó el cadáver de Naga y la Corona.

Sólo una vez más regresaría Naga de la muerte, cuando el desviante Ghaur y Llyra intentaron de nuevo atraer a Set hasta la Tierra. Durante los intentos de traer a Set a este plano dimensional, Naga se apareció para retar a Ghaur por la posesión del poder que otorgaba la Corona de la Serpiente, siendo que ambos parecieron desaparecer consumidos por el poder del Dios arcano, siendo que finalmente el plan fue abortado cuando las Novias de Set arrojaron la gigantesca Corona al interior de una brecha en el océano tras lo cual no han vuelto a tenerse noticias suyas.