Nómada

Jack Monroe nació en Clutier, Iowa, el 7 de diciembre de 1941, el día de la invasión a Pearl Harbor. El padre de Jack, Edward Monroe, fue un simpatizante nazi que, con gran consternación para su esposa Mary Ellen, golpeaba severamente a Jack y su hermana mayor Jill cada vez que ellos entraban en el sótano, donde guardaba toda la parafernalia nazi. Cuando Jack tenía ocho años llevó algunas de las piezas de la colección de su padre a la escuela. A causa de ello fue acosado por el FBI, que consiguió ganarse su confianza y arrestar a su padre, descubriendo que el casi el entero pueblo estaba involucrado en ello. Los niños de Clutier fueron esparcidos en hogares de adopción a lo largo de todo el país y se decidió que Jack se convirtiera en el Bucky de la nueva generación. Su nuevo hogar estuvo en Naugatuck, Connecticut, y ya que el gobierno tenía planes para él lo prepararon para que aprendiera todo sobre el Capitán América y Bucky. En 1952, los padres adoptivos de Jack, agentes gubernamentales preparados para convertirlo en el próximo Bucky fueron asesinados por espías comunistas y Jack fue dejado bajo la custodia de su "tío" y "tía". Sin embargo, su tío Joanie cayó víctima del alcoholismo y Jack fue pronto llevado a un orfanato en McMurtry, donde fue inscrito a la Escuela Lee. Allí encontró a un hombre que compartía la adoración por el Capitán América, su profesor de historia "Steve Rogers". Este Rogers no era el Capitán América original, sino un hombre obsesionado con su leyenda, y que tras encontrar parte de la fórmula del Supersoldado en el diario de un espía nazi, ofreció al gobierno de los Estados Unidos, darles la fórmula, a cambio de convertirse él mismo en el nuevo Capitán América. El gobierno, deseoso de tener un símbolo patriótico que luchase en la guerra de Corea, aceptó. Le sometieron a la cirugía estética para que se pareciese al Steve Rogers original, y le sometieron al tratamiento, pero este Capitán América acabó su carrera cuando acabó la guerra de Corea.

Años después, Rogers, como se hacía llamar ahora, aceptó el cargo de profesor en la escuela Lee, y allí fue donde conoció a Monroe. Su mutua obsesión por el Capitán América los convirtió en amigos, y Monroe consiguió para ellos los trajes del Capitán América y de Bucky. No obstante, Rogers se negó a utilizarlo, hasta que oyó en un boletín de noticias que el archienemigo del Capitán, el Cráneo Rojo, había vuelto. Para derrotarlo, Rogers se inyectó a si mismo y a Monroe, la fórmula que les había dado el gobierno años antes, y fueron a combatir al Cráneo, derrotándolo. Tras esta primera aparición juntos, Rogers y Monroe continuaron combatiendo, normalmente contra agentes o simpatizantes comunistas, o simplemente aquellos que creían que podían ser una amenaza para America. Cuando sus actividades fueron descubiertas por el FBI, deducieron que sin la acción moderadora de los rayos Vita, la Fórmula del Supersoldado les había hecho perder la cordura, así que enviaron agentes que los capturaron, y se les puso en animación suspendida.

Décadas después, fueron despertados por un empleado del gobierno, que estaba de acuerdo con la política que habían usado Rogers y Monroe. Cuando en el exterior oyeron las noticias de la existencia del Capitán América, ambos, Rogers y Monroe, que no sabían que el Capitán América original había vuelto a la vida, lo consideraron un impostor, y le atacaron a él y a su compañero Halcón. El Capitán América y el Halcón derrotaron a Rogers y a Monroe, y los volvieron a poner en animación suspendida, pero el Doctor Faustus, un enemigo del Capitán América, los encontró, y probó en ellos un gas para controlar mentes. Como prueba del gas, Faustus ordenó a Rogers que disparará a Monroe, y así lo hizo, sin saber que el arma no estaba cargada. Después de que Fausto fuera derrotado por el verdadero Capitán America, este entregó a Monroe a SHIELD para que le ayudaran a curarse (Rogers había muerto mientras tanto). Una vez curado, Monroe buscó al Capitán América original, y tras actuar una noche como Bucky, decidió cambiar su identidad por la del Nómada, una identidad que el Capitán America había usado tiempo atrás. Ayudando a su ídolo a derrotar a la terrorista Víbora, paso entonces a combatir a su lado durante un tiempo.

Como compañero del Capitán América, Nómada se convirtió también en objetivo de sus enemigos, así, Cráneo Rojo capturó y drogó al Nómada para que envenenara la comida del Capitán América, provocando que este envejeciera a un ritmo acelerado, tras una batalla entre el Cráneo y el Capitán América en la que al parecer el nazi murió, el Capitán América se repuso finalmente. Tras estar unos meses con el Capitán América, Monroe empezó a dudar de ser capaz de valerse por si mismo, por lo que tras capturar a su primer enemigo en solitario, decidió separarse del Capitán América y seguir su carrera en solitario. En una de estas misiones en solitario, conoció a Priscila Lyons, a la que ayudó a encontrar a su hermano, solo para descubrir que trabajaba con el mafioso llamado Babosa. Los secuaces de Babosa capturaron a Nómada en el yate de su jefe, lo drogaron y lo lanzaron al mar, y hubiera muerto de no ser por el Suero del Supersoldado. Rescatado por el Capitán América, avisado por Lyons, ahora llamada Vagabunda, ambos atacaron el yate de Babosa derrotando al mafioso, a partir de ese momento, el Nómada se demostró a si mismo que podía valerse por si solo, y junto con Vagabunda siguió su camino.

Cuando el Capitán América fue obligado por la comisión a abandonar su identidad, el Nómada junto con Vagabunda, el Halcón y el Hombre D, se juntaron para localizarlo y ayudarlo en lo que pudieran, juntos combatieron a la Sociedad Serpiente, a la que capturaron en su mayor parte, pero distensiones entre el Nómada y el Hombre D, provocaron que Monroe abandonara a los demás, y fuera a Washington en busca del Capitán América, que intentaba evitar que la Sociedad Serpiente envenenara las aguas de la capital, al llegar el Nómada a Washington, se encontró con que la multitud había enloquecido, en el transcurso de la lucha fue herido, hospitalizado y encarcelado por la Comisión por ayudar a Rogers. Estando en prisión, una antigua compañera del Capitán América, Iguana, ayudó a escapar a Monroe de la prisión, y desde entonces la carrera del Nómada a permanecido separada de la del Capitán América.

Jack entonces volvió a Miami, y se dedicó a combatir a Umberto Safilios, un líder criminal local. Cuando la informante de Monroe, que trabajaba como prostituta para Safilios fue asesinada, Monroe investigó, y descubrió que había sido asesinada por Safilios porque sabía demasiado sobre sus tratos con agentes federales para conseguir armas a cambio de drogas. Investigando la conexión, rescató a la hija de otra prostituta involucrada en el asunto. Viendo que su madre, adicta a las drogas, no podría cuidar de ella, Monroe decidió adoptarla y llevársela con él, llamándola Bucky. Monroe finalmente se apropió del arma que Safilios buscaba, y se la llevó, viéndose forzado a usarla para matar a todo el que se interpuso entre él y su libertad. Así, habiéndose enemistado con organizaciones criminales, los gobiernos americanos y rusos, y hasta el Capitán America, Monroe huyó con Bucky hasta Seattle, convirtiendose en un auténtico Nómada.

Durante un tiempo, Monroe vivió en Los Angeles, colaborando con una red de timadores, ladrones de poca monta y prostitutas llamados los Clandestinos. Después de un periodo, en el que continuó combatiendo criminales a ambos lados de la ley, y otros aventureros, Monroe se marchó después de un incidente en un disturbio. Durante su viaje por el sur de Estados Unidos, Monroe se vio forzado a afrontar las realidades de los desposeídos, el SIDA, los derechos de los homosexuales y el odio racial. Durante este tiempo, Giscard Epurer, un empresario corrupto que había combatido a Monroe localizó a la madre de Bucky, y la rehabilitó convertida en una asesina, enviándola a matar a Monroe para recuperar a su hija. Tras un encuentro, Monroe admitió que estaba capacitada para cuidar de su hija, y tuvo que devolvérsela.

Poco después, fue raptado por el Doctor Fausto, que intentó manipularlo para que asesinara a Babosa, para apoderarse de esta forma del monopolio del mercado de drogas de Florida. El Capitán América intervino e impidió que Jack matara tanto a Babosa como a Fausto. Durante el lavado de cerebro, Fausto torturó psicológicamente a Monroe, haciéndole revivir sus recuerdos más traumáticos, las muertes de sus padres por traidores. Consumido por el odio, cuando Monroe descubrió que Fausto había sido encarcelado en una cárcel donde vivía cómodamente, entró en la cárcel y la mató a sangre fría.

Después de varias aventuras más, el mercenario Zaran fue enviado a asesinar a Monroe. Monroe le derrotó y acabó descubriendo que había sido enviado por Bart Ingrid, un antiguo compañero de la infancia de Monroe. Ingrid se había convertido en un importante político, y había revivido el movimiento nazi en su pueblo natal. Así, Monroe volvió a Clutier a neutralizar el campo de entrenamiento de la milicia, aunque llegó demasiado tarde para salvar a la madre de Bucky, que había muerto al infiltrarse en la milicia como trabajo para Epurier. (Epurier acabaría haciéndose cargo de Bucky) Durante la aventura, Monroe se encontró con su hermana Jill, y descubrió que su madre no había sido ejecutada, sino que aún estaba viva. Pero cuando Monroe la encontró, había sido asesinada por el súper-ario 88, por ordenes de Ingrid. Monroe logró derrotarle, y haciéndose con el control de su súper-arma, como la que había usado tiempo atrás, la usó para destruir el campo.

Monroe entonces volvió a Washington, donde intentó detener el intento desesperado de Ingrid de detonar una bomba en el Senado. Usando el súper-arma, logró matar a Ingrid, pero la bomba acabó explotando de todas maneras, causando varias muertes, aunque no tantas como podría haber causado. Monroe, sin embargo, sobrevivió gravemente herido. Cuando su cuerpo fue encontrado por Vernon Hatchway, el agente del FBI al que habían ordenado eliminar a Monroe, este, sabiendo lo que Monroe había hecho y que no podría tener un juicio justo, falsificó su muerte, y volvió a colocar a Monroe en suspensión criogénica, para que pudiera curarse y descansar en paz. (La vida de Monroe se haría pública poco después en un libro escrito por una psiquiatra que le había investigado).

Pero la paz no duraría. Meses más tarde, Monroe fue descongelado por Henry Peter Gyrich, miembro de la Comisión de Actividades Superhumanas de los Estados Unidos. Gyrich obtuvo el control de Monroe usando nanotecnología, y le convirtió en un asesino, equipándole con un arsenal de armas y equipo confiscado a multitud de supercriminales. Llamándose Azote, Monroe fue enviado a asesinar al grupo de villanos convertidos en héroes Thunderbolts, como primera parte de un plan para eliminar a todos los superhumanos del planeta. El Azote consiguió eliminar a cuatro de los Thunderbolts, y dos civiles implicados en el asunto, hasta que el resto del grupo logró reducirle y sacarle del control de Gyrich. Entonces Monroe se alió con los Thunderbolts, y juntos detuvieron a Gyrich, antes de que pudiera cometer genocidio, aunque acabó revelándose que el propio Gyrich también estaba siendo controlado. Aprovechando la confusión, Monroe logró escapar, volviendo a convertirse en un fugitivo y un verdadero Nómada.

Jack adoptó un perfil bajo durante todo este tiempo, pero el Soldado de Invierno lo encontró en un bar de carretera a las afueras de Pittsburgh y lo mató disparándole un tiro a bocajarro {CA5 3}.