Guardians of the Galaxy vol 3

Flash Thompson recupera la consciencia a bordo de una nave skrull, le han colocado un collar y está atado con un cable que sale de éste hasta la pared. Los skrulls planean dominar al simbionte y controlarlo. Uno de ellos es el elegido y creen que será fácil dominarlo. Pero el simbionte no obedece al skrull y salta sobre el cuerpo de Flash convirtiéndolo de nuevo en Veneno.

Drax está siendo juzgado frente al Tribunal Imperial Shi'ar de numerosas acusaciones de piratería, asesinato y conspiración galáctica, así como de obstruir a la justicia imperial en el caso de Jean Grey. Drax desafía a Gladiador, pero éste le responde que las cosas no funcionan así y va a rendir cuentas por sus actos igual que el resto de los Guardianes. El tribunal sentencia de forma unánime a Drax al muerte, pero le dan a escoger como debe ejecutarse la sentencia capital. Drax elige un combate a muerte y vuelve de nuevo a desafiar a Gladiador, quien esta vez acepta.

Gamora se niega a responder ante los badoon donde se encuentra Thanos, así que la obligan a luchar contra sus monstruos mutados en la arena del circo de gladiadores. Pero el dirigente que está oficiando el espectáculo se ha cansado de ver luchar a Gamora así que ordena a los monstruos terminar con ella, pero Angela salta en mitad de la arena y se pone a destruir a las criatura badoon, Gamora le pide un arma y Angela le lanza una espada. Armada, Gamora salta hacia el dirigente badoon.

Starlord salta al vacío ante el estupor de su padre que observa por un monitor como su hijo se precipita hacia el suelo con una sonrisa y es que sabía que estaba ahí fuera la Capitana Marvel y tal como suponía la vengadora lo ha rescatado. Los dos vuelven a introducirse en la corte. Uno de los soldados comete el error de intentar disparar a Starlord con su propia arma que solo se activa si él la utiliza y muere. Quill quiere saber donde está el resto de los Guardianes antes de largarse de ahí. Pero antes de que pueda dañar a nadie más su padre aparece para advertirle que ya le había dicho que los Guardianes ya no existían. J'Son comente el error de decir a su hijo que de lo único que se arrepiente es de que los badoon no lo hubieran matado cuando lo abandonó en la Tierra siendo niño. Quill le hace notar que sus palabras han sido transmitidas en directo y hace una defensa de la actuación de los Guardianes en varias crisis galácticas. La Inteligencia Suprema ve el diálogo de Quill con su padre y decide ordenar que liberen a Mapache Cohete. Los experimentos han concluido y ya han aprendido cuando había que aprender. Quill vuelve a insistir a su padre sobre el paradero de los Guardianes, pero el Emperador J'Son no le responde. Al cabo de unos instantes, Quill y la Capitana Marvel se alejan volando y la gente de la calle grita lemas contra el Emperador.