Iron Man/Thor

Tras largos meses de asedio la ciudad todavía se resistía a caer ante el Cid, así que el hombre decidió recurrir a los servicios de Diablo el Alquimista. Con su ayuda, un comando se acercó hasta las murallas y Diablo usó el poder de la putrefacción para destruir sus muros. Gracias a la brecha abierta, el Cid en persona pudo dirigir el asalto y tomar finalmente la ciudad. El caballero agradeció a Diablo su ayuda y comentó que su poder rivalizaba con el de Dios, pero Diablo le respondió que no era divino, pero que todo se andaría.

Desde el primer momento en el que el Alto Evolucionador decide reclutar a Diablo, el alquimista le sigue el juego, pero en secreto confabula contra él y le coloca de forma imperceptible elementos de control entre los pliegues de su armadura.

Diablo usa su recién adquirida divinidad para absorber el poder de los dioses de otros panteones, si logra completar la transmutación obtendrá la omnipotencia. Thor e Iron Man se lanzan contra él superando a Ulik y Dinamo Escarlata, quienes convenientemente se habían cambiado de bando. Pero Diablo ya es demasiado poderoso y con un gesto los rechaza y abandona Hermetica para regresar al museo. Allí el dragón lo ataca y Diablo recula. Al obserbarlo, el Alto Evolucionador concluye que Diablo todavía no se a ajustado a su nueva condición y se limita subconscientemente. Iron Man decide usar su armadura para canalizar la energía divina del Mjolnir y devolver a Diablo a su estado natural. El primer intento falla y el impacto del Mjolnir contra él casi lo mata, pero insiste en reintentarlo. Esta vez la armadura logra canalizar bien la energía y devuelven al Diablo a su forma original. El Alto Evolucionador huye con sus Hombres Nuevos, mientras que Diablo es abandonado y encerrado en Hermetica.