Arma H

Clayton Cortez era el mejor agente de Eaglestar, una empresa militar privada. Cuando él y su comando fue enviado a Ujanka para acabar con un grupo de saboteadores de un oleoducto de Roxxon, recibieron la orden de matar a toda la aldea donde se cobijaban. Durante la masacre su conciencia se revolvió y atacó a sus propios compañeros. Clayton fue rápidamente reducido {WX3 8-FB}. La empresa había invertido mucho dinero en él, así que en lugar de matarlo o despedirlo, lo vendieron ilegalmente al Programa Arma Plus como sujeto experimental para sus investigaciones {WX3 9-FB}. Clayton fue dejado en manos de la Doctora Alba, la directora del Lote-H, quien lo convirtió en su sujeto H-Alfa {TAH 21-FB-BTS}.

La científica tenía grandes expectativas para Clayton, ya que su entrenamiento militar lo hacía un candidato perfecto. Tras perfeccionar sus técnicas con varios sujetos previos, la Doctora Alba sometió tanto a H-Alfa como a H-Beta a un proceso de transformación creando una especie de híbrido de Hulk y Lobezno. La Doctora Alba se vio obligada a activar a sus dos cobayas antes de lo previsto debido a que Arma-X asaltó sus instalaciones {WX3 6}. Al ver como H-Beta luchaba contra los mutantes intrusos, H-Alfa atacó a compañero y lo decapitó, ya que tal como había estado programado, lo juzgó la mayor amenaza y decidió neutralizarlo. Aunque Hulk intentó contenerlo, H-Alfa decidió ignorarlo y se marchó de un poderoso salto {TAH 22}.

Clayton pudo controlar su mente y decidió ir a por las bases de Eaglestar para destruir sus archivos y erradicar cualquier información perteneciente a su familia, ya que no deseaba que pudieran usarlos para llegar hasta él {WS3}. El Reverendo William Stryker se enfureció con la Doctora Alba por haber creado un monstruo asesino alejado de los parámetros que le había pedido para exterminar tan solo a los mutantes e intentó darle caza. Sin embargo, Clayton demostró tener más poder del que podían controlar y dejó acabó con todos los cyborgs que enviaron contra él y casi destruye al Reverendo. La Doctora Alba, sin embargo, logró controlar a Clayton por medio de nanitas {WX3 9}. La Doctora Alba aspiraba a convertirlo en una máquina perfecta de matar, pero Clayton todavía se resistía a obedecer sus órdenes. Entonces se percató que lo que más odiaba era a ella misma, así que alteró su percepción para hacerle creer que todo el mundo era ella y lo lanzó en mitad de Phoenix {WX3 10}. Arma-X intentó contenerlo, pero Clayton los superaba en poder. Dominó descubrió como la Doctora Alba lo controlaba y logró hacerse con los nanitas para contrarrestar sus efectos. Clayton volvió a recuperar su libre albedrío y decidió rechazar la oferta de Arma-X de ayudarlo. Tras destruir los archivos de Eaglestar se fue para seguir su camino {WX3 11}.

Intentando permanecer alejado tanto de los mutantes como del Gobierno, Arma H, haciéndose pasar por un trabajador hispano, encontró refugio en un bosque pero allí descubrió a un grupo de arqueólogos realizando unas excavaciones. En realidad el grupo estaba siendo manipulado por agentes de Roxxon que buscaban recrear el hechizo que dio lugar a la creación del Wendigo para crear un monstruo bajo su control. Los criminales tuvieron éxito y su creación estuvo a punto de matar a la líder del grupo, algo que Cortez no estaba dispuesto a permitir y transformado en Arma H atacó al nuevo Wendigo en un combate en que ambos estaban igualados en fuerza pero que se decantó cuando el Wendigo mordió a Clayton. Fue necesaria la intervención del Doctor Extraño para detener la infección del cuerpo de Cortez así como para acabar con el Wendigo.

Clayton decidió trasladarse a otro bosque después que su localización quedara comprometida, pero su rastro fue seguido por Roxxon, en concreto por su líder, Dario Agger, que veía en Arma H un activo potencial y para comprobar su poder y habilidades, envió contra él a varios de sus especímenes como lobos infestados por el Nido, o Acantis controlados mentalmente. Clayton logró derrotarlos y acabar con ellos menos con uno, al que envió de vuelta con un mensaje para Dario afirmando que no estaba interesado en unirse a ellos y cualquier nuevo ataque haría que pusiera sus miras en acabar con la Roxxon. Agger decidió que no valía la pena una lucha contra Arma H existiendo otros activos potenciales y dejó de prestar atención a Cortez, del cual no han vuelto a tenerse noticias.