¡Vengadores, reuníos!
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Mientras ambos grupos discuten como enfrentarse al gigantesco Thanos, Thor está decidido a ir a su encuentro. El Capitán América no quiere que su compañero se lance a lo loco contra Thanos, pero no logra convencerlo de lo contrario. En cambio Iron Man se muestra esperanzador, ya que tiene un plan y le recuerda que no es un verdadero Cubo Cósmico si no un arma americana. El ataque de Thor hace que Thanos adquiera conciencia de la presencia del Dios Asgardiano y le devuelve el ataque a él y a la nave de los Guardianes de la Galaxia, desapareciendo todos tal como hicieron los Arcanos del Universo. Thanos grita de satisfacción, pero de pronto algo sale mal.
Obama se pone en contacto con Reed Richards para que le comunique que está pasando, pero el científico solo puede decirle que han perdido el contacto con los Vengadores cuando le estaba proporcionando datos sobre el Cubo Cósmico. Reed le sugiere que ha llegado el momento de activar la alerta de desastres a escala extinción.
Los Guardianes de la Galaxia reconocen enseguida el universo al que han ido a parar, ya que no hace mucho estuvieron en él, se trata del Cancerverso. Iron Man confirma su teoría, el artefacto del que se ha apoderado Thanos no es un Cubo Cósmico, si no una especie de portal dimensional para acceder a una poderosa fuente de energía. Iron Man sabe la forma de bloquearlo, pero necesitan regresar a su propia dimensión, cosa que en estos momentos son incapaces de hacer cuando aparecen los Primigenios del Universo ante ellos guiados por Thor. Iron Man les informa que no es un Cubo Cósmico, las entidades celestiales le ofrecen ayuda para derrotar a Thanos ya que éste parece saber la forma de hacerlo.
Varios héroes de la Tierra se han reunido para intentar hacer frente a Thanos, quien no tarda en manifestarse en la atmósfera terrestre. Reed Richards está equipado con el Nulificador Supremo, pero antes de que tenga necesidad de utilizarlo aparece en el aire la nave de los Guardianes de la Galaxia con Iron Man y Thor a la vanguardia. El Dios del Trueno sostiene una máquina con la que dispara a Thanos destruyendo el Cubo Cósmico y dejándolo sin poder. Sin que le de tiempo a reaccionar los golpes le caen uno tras otro. Derrotado y en el suelo todavía le espera lo peor, las entidades cósmicas que creía haber matado no lo han hecho y los Primigenios se lo llevan tal como era el pacto con los Vengadores. Al ver que el peligro ha pasado los Guardianes de la Galaxia se despiden, pero no sin que antes inviten a Iron Man para que vaya con ellos.
