Hefestos

El dios griego conocido como Hefestos era el hijo de Hera, la esposa de Zeus, el monarca de los Dioses Olímpicos. Según la leyenda, Hera lo concibió sin concurso de ningún principio masculino, para mostrar su enojo por el nacimiento de Atenea, fruto de una infidelidad de su marido. Cojo de ambos pies, enano y escuálido, cuando solo era un bebe fue despreciado por Hera debido a su deforme aspecto y la reina de los dioses, deseando librarse de semejante criatura, lo arrojó del Monte Olimpo desde donde cayó durante nueve días y nueve noches cayendo al océano provocando que su pierna se rompiera, antes de ser rescatado por la nereida Tetis, la cual le crió y le dio un taller en su gruta submarina donde Hefestos desarrolló el arte de la herrería, creando objetos y obras sin igual (por ejemplo, solucionó el hecho de ser tullido fabricando una bota dorada que corregía dicha tara), lo que provocaron que fuera de nuevo aceptado en el Olimpo.

Hefestos tuvo la desgracia de amar a las criaturas más hermosas, primero a Caris, la Gracia, y después a Aglae, otra de las Gracias, y finalmente a la propia Afrodita, a la que convirtió en su esposa como regalo de los dioses que deseaban compensar que fuera expulsado del Olimpo tras su nacimiento.

Pese a que la belleza de su esposa no tenía igual, Hefestos se fijó el día de su boda en otras de las presentes, Atenea, la cual como diosa de la sabiduría veía mas allá del cuerpo físico de humanos y dioses, sin embargo aquellos primeros días el herrero del Olimpo permanecía obnuvilado por la Diosa del Amor, aunque por desgracia, Afrodita le fue infiel con uno de sus hermanastros, Ares, a los que sorprendió juntos y capturó con la ayuda de una red, mostrándolos al resto de los Olímpicos para burla de estos.

Hefestos permaneció en el Olimpo, con visitas frecuentes a la Tierra, donde fue adorado como dios del fuego y del fuego de los hogares, hasta que la llegada del cristianismo desplazó a los dioses griegos, que vieron como el número de sus adoradores disminuía. Era un gran maestro en el arte de la herrería y se le atribuyen diversas obras maestras, como la coraza de Hércules, el cetro y la égida de Zeus o el escudo de Aquiles.

El primer encuentro entre Hefestos y alguno de los héroes de este mundo (además de su medio hermano Hércules), se produjo durante la guerra entre el Olimpo y Asgard, que enfrentó a los dos retoños de ambos panteones, ante la atenta mirada de los patriarcas.

Cuando los Celestiales llegaron a la Tierra, para juzgar si esta era digna de vivir, los panteones celestiales se reunieron para intentar salvar a la Tierra. Así, mientras las matriarcas de los panteones reunían a varios de los bebes más perfectos para mostrárselos a los Celestiales, los patriarcas creaban a la criatura conocida como el Destructor, que contenía la esencia vital de todos los asgardianos, excepto de Thor. A pesar de que el Destructor fue finalmente derrotado, las matriarcas, que viajaron de un lugar a otro de la Tierra buscando a los niños, pudieron crear a los Jóvenes Dioses, que tras ser examinados por los Celestiales, sirvieron para que estos permitieran a la Tierra vivir.

Poco después, Hefestos fue testigo de como Zeus le daba a Thor el poder suficiente para resucitar a Odín, y este a su vez resucitaba a los demás Asgardianos. Hefestos, al igual que el resto de los Dioses Olímpicos, se vio envuelto en las conspiraciones de Ares, que convirtió en cristal a todos los Olímpicos, o los planes de Tifón, que envió al Limbo a Hefestos y el resto de sus compañeros. Posteriormente Hefestos construiría, a petición de Hércules, un nuevo uniforme de combate, después de que el suyo fuera destruido durante una batalla.

Cuando los Amos del Mal invadieron la Mansión de los Vengadores y dejaron a Hércules malherido, Zeus ordenó a Hermes que viajara a la Tierra y trajera al Olimpo a su hijo. Hermes así lo hizo, y Hércules, en el Olimpo y en medio de delirios, acusó erróneamente a los Vengadores de ser los causantes de su desgracia. Enfurecido, Zeus mandó a sus hijos contra los Vengadores. Varios familiares de Hefestos, entre los que estaban Hermes o Dionisios, viajaron a la Tierra dispuestos a obedecer las órdenes de su padre, así, Dionisios, disfrazado de vendedor de helados, le dio uno a una de los Vengadores, Hulka que la drogó, volviéndola contra sus compañeros, sin embargo el Dios del vino fue descubierto, y fue momentáneamente derribado por la Capitana Marvel, haciéndole perder el control mental sobre la vengadora. Entonces entraron en acción el resto de los hijos de Zeus para atacar a los Vengadores, que finalmente fueron derrotados y trasladados al Olimpo. Por su parte Hefestos permaneció en el Olimpo, y cuando Thor llegó en busca de respuestas por el rapto de Hércules, el Dios del Fuego se enfrentó al asgardiano, en una lucha que acabó cuando entró en escena Ares, que atacó a Thor por la espalda venciéndolo. Los Vengadores fueron confinados al Hades, de donde escaparon gracias a la ayuda de Namor, los Vengadores viajaron al Olimpo con la intención de convencer a Zeus de su inocencia, sin embargo, para ello decidieron convencer primero a algunos de sus hijos, para que intercedieran por ellos. Hefestos por su parte, usó un sistema de palancas para levantar el martillo de Thor, que había quedado atrás después de la derrota del Dios del Trueno, y llevarlo hasta su taller. Allí consiguió leer la inscripción que decía que cualquiera podría levantar el martillo, si era digno de ello, y Hefestos intentó levantarlo, pero la aparición de Thor y el resto de los fugados Vengadores se lo impidió. Se procedió entonces a un combate entre Hefestos, su hermanastra Atenea y los servidores del herrero, contra los Vengadores, finalmente estos convencieron a Hefestos y a Atenea de su inocencia, y tanto el herrero como la diosa de la Inteligencia se aliaron junto a los Vengadores. Zeus supo de los planes de los Vengadores, y la traición de algunos de sus hijos, y tras derrotar a sus hijos desleales, Hefestos entre ellos, ordenó a sus hijos mas leales que los volvieran a capturar a los terrerestres. Finalmente, gracias a la intervención de Prometeo, Hércules se recuperó del coma, y evitó que su padre matara a los Vengadores contándole la verdad. Arrepentido de sus actos, Zeus ordenó que ningún Olímpico volviera a pisar la Tierra, por lo que Hefestos ha permanecido en el Olimpo desde entonces.

Con ocasión de la guerra entre los Dioses Oscuros y los asgardianos, los Dioses Oscuros tomaron la apariencia de los asgardianos y atacaron el Olimpo y a los Dioses Olímpicos para enemistar a ambos panteones. Durante días Hefestos y el resto de los Olímpicos combatieron contra los Dioses Oscuros, hasta que estos se retiraron. En algún momento después de esto, Hefestos fabricó la égida de rostro de gorgona, dotada de hechizos que permitían absorber y redirigir la energía al tiempo que creaba un campo de fuerza impenetrable alrededor de su portador, tras entregarle a la Diosa de la Sabiduría su mejor obra, Hefestos pensó que Atenea sería mas receptiva a sus avances amorosos pero la diosa los percibió como "inapropiados" y lo derribó de un golpe, aunque se llevó la coraza la cual entregaría a Aegis, su campeón humano.

Mas adelante, tras la muerte de Zeus, los Olímpicos decidieron tomar parte activa de la vida de los que fueron sus antiguos seguidores, creando el Grupo Olimpo. A diferencia de algunos de sus hermanos como Apolo o Artemisa, Hefestos no tuvo reparos en que Hera se convirtiera en líder del Grupo aunque sus métodos no siempre fueran los adecuados.

Al servicio de Hera, Hefestos colaboró en la fabricación el artefacto conocido como el Continuum, la maza adamantina de Hércules, creó nuevamente un ejército de autómatas doradas y devolvió a Delfín la capacidad de sus ancestros, las gorgonas, de convertir personas en piedra con la mirada mediante un yelmo especialmente construido.

Este último invento sin embargo, escondía un propósito oculto, ya que Hefestos pactó con Gorgona que usaría su mirada contra Atenea para transformarla en piedra tras lo cual se la entregaría, el plan del herrero del Olimpo era usar el cuerpo pétreo de Atenea como molde para crear un autómata que se convirtiera en su pareja. Delfin cumplió su cometido y transformó a la diosa de la sabiduría en piedra tras lo cual las automómatas de Hefestos la llevaron ante su amo.

Los aliados de Atenea, Hércules y Cho, marcharon a la forja de Hefestos dispuestos a liberar a su aliada, en su camino hubieron de enfrentarse a un dragón mecánico creado por el herrero pero este fue destrozado por Cho que le impactó con una piedra en su único punto débil. Los dos héroes siguieron su camino solo para caer en otra trampa de Hefestos, ambos fueron encerrados en unas celdas de las que solo se podía escapar apretando un botón, en una variación del dilema del preso, cada uno tenía un botón que liberaría al otro pero esto provocaría que su propia cámara se inundara de un gas que acabaría incluso con Hércules, lo que Hefestos no había calculado, es que ambos héroes, dispuestos a salvar el uno al otro, apretaron el botón a la vez siendo liberados ambos, el herrero envió entonces a sus autómatas a combatir a los intrusos, pero entonces fue atacado por la espalda por Delfín, la cual, fiel a su promesa de proteger a todas las mujeres, decidió que no podía permitir que Hefestos hiciera daño a Atenea. La pelea se detuvo sin embargo, cuando Hera activó el Continuum que debía provocar la cuarta extinción que en esta ocasión debía acabar con la humanidad.

Finalmente Hera se arrepintió e intentó apagar el artefacto, pero su aliado Tifón se lo impidió y cuando la Reina de los Dioses le lanzó un rayo de energía, Tifón uso la coraza creada por Hefestos para devolverle el rayo que le arrancó la cabeza. Por fortuna, Hércules convenció al herrero del Olimpo que le diera acceso al Continuum donde se enfrentó a Tifón al que logró derrotar.

No se han vuelto a tener noticias de Hefestos y se ignora su papel en el nuevo Olimpo.